El hórreo es un elemento mueble básico e indispensable en la economía campesina del medio rural asturiano. Consiste, de forma simplificada, en un granero integrado por un cajón cuadrangular de madera con cubierta a cuatro aguas que, elevado del suelo sobre unos elementos de suspensión característicos, permite la conservación de los productos de las cosechas, salvaguardándolos de los roedores y de la humedad.
Con una dispersión circunscrita al Norte peninsular se desarrollaron, a partir de este sencillo esquema, diversas variantes de hórreo cuya diversidad radica en su morfología, en los materiales constructivos empleados y en los acabados y elementos decorativos.
El Museo Etnográfico de Grandas de Salime “Pepe el Ferreiro” cuenta en sus instalaciones con un hórreo que fue levantado en el año 1991 reaprovechando piezas de una panera arruinada procedente de Casa Gómez, en Berducedo (Ayande). Tres de las colondras (tablas) del lado de apertura del vano de ingreso presentan decoración y leyenda:
– Tetrasquel coronado y debajo la leyenda “FVEÉCHAPORD. / MANVEL GOMEZ / AÑO DE 1874”.
– Esfera de reloj y flor de lis. Debajo leyenda “EL / MAESTRO CAM / POS.”
– Leyenda “REFÉXOLO / PA HORRO”, lazo y leyenda “MANVEL MONTESERIN /AÑO D 1991”.
La panera original fue obra del maestro Campos, del concejo de Ayande, y del que se conocen, al menos, cuatro de sus obras fechadas entre los años 1859 y 1874. La costumbre de firmar hórreos y paneras y decorarlas con motivos geométricos comienza a fines del siglo XVIII, coincidiendo con la expansión de estas construcciones en el suroeste de Asturias, y perduró durante todo el siglo XIX. Las decoraciones talladas constituyen una de las manifestaciones más ricas del arte popular de la zona.
En el año 1991, el carpintero de Grandas de Salime, D. Manuel Monteserín, fue el responsable de su aspecto actual. El hórreo que hoy vemos es de pequeño tamaño (3,50 x 4 m), está levantado directamente sobre el suelo y se alza sobre cuatro pies (pegollos) de madera de roble. La cubierta es de paja de centeno sujeta con envarado de ramas de brezo. Esta técnica de cubrición, conocida como cubierta a baguna o a veo, es la tradicional en la comarca, muy valorada por los campesinos por sus cualidades de aislamiento. Para mantener su funcionalidad, el teito debe ser renovado periódicamente, cada 4 o 5 años, manteniendo los veos viejos que se encuentren en buen estado y que puedan facilitar la sujeción de la paja nueva. Este tipo de techumbre está hoy prácticamente desaparecida, siendo la del hórreo del Museo Etnográfico de Grandas de Salime “Pepe el Ferreiro” uno de los pocos ejemplos que pueden verse en Asturias.