02.03.- Sala industria textil

Se exponen en esta sala los procesos de transformación del lino y de la lana, materias primas textiles básicas en la comarca.

El lino es una planta leñosa cuya conversión en fibras útiles para el hilado y tejido precisa un largo proceso de transformación en el que intervienen labores e instrumentos muy diversos. Primero, las semillas (linazas) se separan de los tallos en los ripos, pasando los manojos de plantas entre unos dientes de madera. Para quebrar sus partes leñosas, el lino se agrama o machaca en pisones, afitones o agramadeiras. A continuación, en las espadelas, se golpean los haces de lino sobre el canto de una tabla colocada verticalmente para separar las agramizas o desperdicios. Por último, el lino se pasa por los restrelos, entre cuyas púas de hierro se limpian definitivamente las fibras útiles y se separan las hebras finas o cerro y las bastas o estopa sin romperse.

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El procesado de la lana de oveja es más sencillo y requiere un menor instrumental. Una vez trasquiladas las ovejas con las tixeiras de tosquilar (tijeras de trasquilar), la lana se lava y los vellones se desenredan en las cardas.

Para hilar el lino y la lana manualmente se empleaban rocas (ruecas), fusos (husos) y parafusas, de los que se ofrece una muestra variada. Algunas ruecas presentan una esmerada decoración con diseños geométricos incisos, letras y figuras de animales. Se exponen también tornos de filar, útiles originarios de la Edad Media que, a pesar de posibilitar un hilado mejor y más rápido, nunca se generalizaron en el campo asturiano porque carecían de la movilidad del fuso y la roca que permitían a la mujer hilar en cualquier momento y lugar.

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Destaca en la sala, ocupando una posición relevante, un telar de bajo lizo u horizontal. En él se fabricaban piezas de lana y lino de aproximadamente ochenta cm de ancho con las que se confeccionaban mantas, sayas y pantalones de lana, así como sábanas, camisas y ropa interior de lino. Para poder ser tejido en el telar, el hilo debe estar preparado adecuadamente, proceso para el que son necesarios varios instrumentos: los sarelos (sarillos) con los que se forman las madejas, las devanadoiras o argadelos en los que se ovillan las madejas y, por último, las rodas dos canelos o caneleiros donde los ovillos de hilo se convierten en canillas, las cuales, introducidas en la nezcla o lanzadeira (lanzadera) del telar forman la trama del tejido. Al lado del telar se encuentra la urdideira, pieza de gran tamaño, dotada de un aspa que servía para preparar la urdimbre.

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Una de las producciones textiles más representativas de la zona son las colchas confeccionadas bien con hilo, o bien con trapos viejos rasgados. Las tejedoras combinaban hábilmente los colores de los trapos o de la lana, teñida por ellas mismas, obteniendo sencillos dibujos geométricos. En otras ocasiones, las colchas se elaboraban con retales de tela cosidos, dando lugar a un tipo de colcha muy característico cuyo único diseño son líneas sucesivas de cuadros decrecientes con una combinación de luz y sombra que crea un agradable efecto estético.

La evolución de las técnicas textiles tiene su representación en las tricotadoras y bobinadoras de principios del siglo XX expuestas en la sala.