El hórreo del Museo Etnográfico de Grandas de Salime es uno de los pocos ejemplares con techumbre vegetal de paja de centeno instalada a baguna o a veo que aún pueden contemplarse en el territorio asturiano.
Las cubiertas de paja fueron quedando progresivamente relegadas a medida que el centeno dejó de ser un cultivo habitual. La dificultad para conseguir paja con la que teitar favoreció la generalización del empleo de otros materiales que, como la pizarra, resultaban más accesibles, duraderos y requerían un menor mantenimiento. El censo de hórreos con cubierta de paja de centeno descendió bruscamente y, como consecuencia, el sistema de cubrición a veo, técnica característica de la comarca cuyo conocimiento se transmitía de padres a hijos, pasó a ser una práctica en desuso y es hoy un oficio casi extinguido.
En la modalidad de cubrición a veo, los haces de paja se colocan en hiladas sucesivas, comenzando desde la base. Su sujeción se consigue mediante un envarado de ramas de brezo (veo) que, dispuesto de forma circular continua desde el vértice, comprime y asegura la paja. El alero se remata con una capa de brezo que evita posibles deslizamientos de los haces.
El sistema resulta plenamente eficaz pero requiere una reposición periódica. La duración de la capacidad de impermeabilización del teito se sitúa en torno a unos cuatro o cinco años. Transcurrido este tiempo se cubre de nuevo colocando la paja sobre el veo anterior, siempre que su estado de conservación lo permita, pues de este modo se afianza la sujeción de la paja nueva.
El hórreo del Museo renovó su cubierta en 2013. Ésta fue la cuarta ocasión en que se teita desde su instalación en el centro grandalés. Con esta intervención, el hórreo está preparado para afrontar sin riesgos los próximos inviernos y brinda una oportunidad para acercarse al Museo y comprobar la eficacia y los procesos de una técnica tradicional de cubrición en riesgo de desaparición.
Proceso de renovación de la cubierta en 2013